jueves, 14 de enero de 2010

Juan Pablo II, el Grande


Gracias Señor por darnos a Juan Pablo II
como pastor universal y tu vicario en la tierra
Ha sabido ser un extraordinario conductor.
El Buen pastor que da la vida por sus ovejas...




El Papa Pastor


Valiente maestro que no temió que le llamen "reaccionario" por ser fiel a la doctrina de Jesucristo. Es por eso que defendió la vida humana, la integridad del sacerdocio, se opuso a los anticonceptivos. Nos ha dado el Catecismo de la Iglesia Católica y el Nuevo Código de Ley Canónica. Sus enseñanzas han sido de la mayor profundad y abarcado todos los aspectos de la doctrina y la pastoral.


El Papa de Jesús misericordioso


En su encíclica "Rico en Misericordia" desvela la fuerza que transforma al mundo: la misericordia. Canonizó a Santa Faustina, vidente y secretaria de los mensajes de Jesús sobre la Divina Misericordia. La ha propagado por todo el mundo, estableciendo además la fiesta litúrgica el domingo después de la Pascua. En su misericordia, el Papa nos recuerda, es un océano infinito. Esta verdad está profundamente ligada a su presencia Eucarística y al sacramento del perdón.


El Papa de la Virgen


No perdió oportunidad para honrar y enseñar sobre la Virgen. En los países que visitó trató siempre de visitar su santuario mariano. Proclamó el año mariano, ha dicho que la Virgen de Fátima le salvó la vida en el atentado del 13 de mayo de 1981 y que él es el Papa a quien se refieren las profecías de Fátima. Beatificó a los videntes de Fátima y canonizó a Juan Diego, vidente de la Virgen de Guadalupe. A quien le visitaba le regalaba siempre un rosario.


El Papa del Amor y la Vida


El Papa nos enseñó que vivimos en una lucha entre dos culturas: 1- La cultura del Amor y de la Vida; 2- La cultura del egoísmo y de la muerte. Ha enseñado sobre la dignidad de todo hombre y toda mujer, desde la concepción hasta la muerte natural. Enseñó que la naturaleza y el destino del hombre y del mundo sólo se comprenden a la luz de la redención que Cristo nos trae. Ha profundizado sobre la dignidad de la persona, de la sexualidad, de la familia, del trabajo, de la sociedad, etc.


El Papa maestro fiel de la doctrina y la moral


Su fidelidad a la moral cristiana y a la fiel interpretación del Concilio Vaticano II le ha ganado severas críticas. ¿Por que el Papa no "moderniza" la moral? La respuesta es muy sencilla: El Papa es fiel a las enseñanzas de Cristo las cuales no cambian con los tiempos. La verdad sobre la moral es la misma ayer, hoy y siempre. Es la verdad que libera al hombre de la esclavitud del pecado. La autoridad del Papa es al servicio de la verdad que ha recibido de Jesucristo por medio de la Iglesia.


El Papa del perdón


Tuvo el valor de pedir perdón, en nombre de los católicos, por los pecados cometidos por la Iglesia. Aún sabiendo que muchos se aprovecharían de ello para perseguirla con toda clase de falsas acusaciones. Tuvo también el valor de perdonar personalmente a quién intentó matarle. Desarrolló en la Iglesia la convicción contra la pena de muerte. Pidió perdón también a los hermanos ortodoxos por los daños causados por los católicos.


El Papa Misionero


Ha viajado más que todos los otros papas de la historia juntos. Ha visitado a casi todos los países del mundo llevando el mensaje del Evangelio.


El Papa de la Paz


Ha pedido hasta de rodillas por el fin de los conflictos bélicos. Ha condenado el negocio de armas y todo tipo de violencia y enseñado el camino del amor. Ha luchado incansablemente por reconciliar y traer la paz en todo el mundo.


El Papa de la Justicia Social


Tuvo un papel importante en la transformación del este de Europa, comenzando con su país natal, para liberarse del comunismo.


"No se podrán entender los grandes cambios del Siglo XX, sin revisar su rol protagonístico" (Ronald Reagan. Ex-Presidente de Estados Unidos)


"Sólo nace un hombre así cada mil años. Le debemos la libertad que gozamos" (Mijael Gorbachov, Ex-Presidente de Rusia)


Ha puesto de manifiesto también los males del capitalismo materialista y de la "idolatría del mercado". Donde quiera que haya visitado, sean regímenes de izquierda o derecha, su presencia ha sido una chispa promotora de libertad. Ha reiterado la opción preferencial por los pobres.


El Papa Ecuménico

Ha extendido humildemente su mano a los hermanos cristianos que no reconocen su pontificado, como también a todos los hombres de buena voluntad. Porque ha sido un Papa profundamente humano.


Ha estrechado su mano solidaria a los judíos y a todas las religiones. Primero en visitar una sinagoga, una iglesia protestante y una mezquita. Recordemos además los encuentros por la paz en Asís.


El Papa que detiene el imperio rojo


El pontificado de Juan Pablo II «ha sido la primera causa del colapso del comunismo, en el momento de su máximo esfuerzo agresivo militar contra las democracias occidentales: un esfuerzo que resultó inútil por la turbulencia y posterior parálisis de la Polonia católica reunida en torno al Papa, a Solidarnosc y a Lech Walesa» (Paolo Guzzanti, presidente de la Comisión parlamentaria de investigación concerniente al dossier Mitrokhin, Feb 23, 2005)


El Papa que se inmola en el sufrimiento


Recuperándose milagrosamente tras ser traspasado por una bala en 1981, el Papa sufrió progresivamente desde entonces múltiples operaciones, artritis, Parkinson. Ya sin poder apenas caminar, cuando le costaba decir cada palabra y hacer cada movimiento, cuando su aspecto de anciano enfermo y agotado impresionaba, es cuando más poderoso resultaba su testimonio cristiano de amor y entrega fiel a Dios. La fortaleza de su fe, su amor por todos nosotros fue más evidente que nunca. Por eso irradiaba paz. Nos recordaba continuamente las primeras palabras de su pontificado: "No tengan miedo". Nada ni nadie nos puede vencer si pertenecemos a Dios. El Papa nos ha enseñado con su vida y con su muerte el misterio de la cruz y la capacidad que tenemos de amar en el sufrimiento.


En 1994, cuando ya era evidente que la enfermedad incapacitaba su cuerpo, Juan Pablo II escuchó a Dios pedirle un cambio en su forma de conducir a la Iglesia: "Debo liderarla con el sufrimiento", dijo. "El papa debe sufrir para que toda familia y el mundo vea que hay, yo diría, un Evangelio más alto: el Evangelio del sufrimiento, con el que uno debe preparar el futuro".

En los últimos años de su papado, cuando le interrogaban sobre la posibilidad de renunciar y retirarse, respondía "Si Cristo no se bajó de la Cruz, tampoco yo he de renunciar a mi tarea..."

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