miércoles, 11 de enero de 2012

Juan Pablo II en Guatemala

El siguiente escrito es una gentileza del señor Mariano Galvez, que lo ha hecho para conmemorar la visita realizada por Juan Pablo II a ciudad de Guatemala el 30 de julio de 2002 para la canonización de Pedro de Bethancourt el 30 de julio de 2002.


Paseo la mirada y donde hubiese millares de conterráneos, hay vacío. No mucho tiempo ha. Hubo miles de oraciones juntas. Motivadas por un anciano que dice sus discursos sentado. Discursos que son Padre Nuestros profundos. Un anciano que a veces tiene que sostenerse la cabeza con la mano. Quizá porque esta es símbolo de esperanza para millones. Y esto pesa. O quizá simplemente porque es un anciano.

Su voz se expresa en variados lenguajes. Su expresión la entienden diferentes culturas. Porque viene de los rincones puros del ser. Porque las palabras están dichas en el lenguaje universal de la esperanza. Esperanza de encontrar algo, largo tiempo, ha, perdido: ¡La Paz!

Vinieron de todos los países de la Patria Grande. La Centro América utópica de Morazán, Barrios. La que lucho unida, una sola en contra del filibustero. Y aun de más lejos. Entre otros lugares, de unas islas que tienen nombre de pájaro. De donde vino tiempo ha, un hombre de escasas proporciones físicas. Que con humildad, sembrando caridad cristiana, se hizo grande espiritualmente.

Traían rosarios de oraciones. Un solo nombre las iniciaba: Juan Pablo. De Juan El Bautista y Pablo El Perseguidor Convertido. Dos nombres simbolizando una unión rara. De procedimientos diferentes; un solo propósito: Un camino mejor para la raza humana.

Se juntaron. Columnas de diferente color. Afluentes humanos al río que brotase dos mil y pico años ha. Y se juntaron en un lugar bendito de Dios: MI PATRIA, Guatemala. Para pedir por lo que tanto anhelamos. Una paz basada en la igualdad. Una paz deseada por los hombres de buena voluntad. Amantes de sus semejantes. Una paz con los mismos derechos y las mismas responsabilidades sin distinción de raza, política, religión, cultura. Una paz basada en las enseñanzas de ÉL. Quien nos dejara el axioma: Yo soy la luz y el que me sigue (mis enseñanzas), vivirá por siempre!

Se han ido. Esta solo el lugar, pero... Subiendo las faldas de los volcanes de Pacaya, Agua, Fuego; tomando por el Cañón de Palin, repetido por las golondrinas de Escuintla, va el rumor: Padre Nuestro que estas en los cielos... En lenguaje Maya toma las curvas de la Interamericana. Descansa en la ciudad de Las Perpetuas Rosas, acariciando la tumba del hoy santo, pero ayer hombre y por ello más nuestro. El Xocomil de Atitlan le impulsa con más fuerza. El frio de Totonicapán lo estremece, pasando por Olintepeque, el rojo atardecer recuerda la sangre de nuestros ancestros sacrificados al igual que en Xinabajul, cuando musita: Santificado sea tu nombre...Se riega por las calientes tierras del oriente. Santa Rosa de Lima lo ve pasar. Jutiapa, Jalapa, tierras bravías lo repiten con fuerza. Al igual que La Fragua y la Perla de Oriente: Venga a nos el tu reino, hagase tu voluntad aqui en la tierra asi como en el cielo...
Las Verapaces repiten la plegaria. El Río Dulce lo lleva mecido en un catamarán. Livinsgton le pone color. En el Gran Templo, el sacrificio hoy es espiritual: El Pan Nuestro de cada dáa dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Se va extendiendo fuera de nuestras fronteras. Hacia el planeta todo: No nos dejes caer en tentación, mas líbranos de todo mal. ¡AMEN!

Ha caído la noche. Está medio oscuro. O medio claro. Un hombre de escasas proporciones, de vestir humilde, pasa a mi lado -Buenas noches, Hermano-. Automáticamente, respondo buenas noches. Pienso dentro de mí: Un evangelista que anda perdido. Al doblar la esquina el individuo. Oigo el sonido de una campanilla. Se escucha una voz que dice: "Acordaos hermanos, que una alma tenemos y si la perdemos no la recobramos".


Biografía del Hermano Pedro de San José Bethencourt (1626-1667) tomada de la página oficial del Vaticano, clic acá
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